Querido amigo:

Te escribo hoy por simples razones, mi corazón está marchitándose por segundos. Ahora si que me produce gracia aquellos que se etiquetan como marginados, yo no digo que sea uno, pero me acerco. No he pasado a estar completamente solo, en clase tengo conocidos. Pero si a estar en algunas horas sin nadie, ver como se relacionan, como se estrechan lazos. Quizás tenga un amigo en clase, pero más que nada hablamos por whatsapp porque él tiene que ir a otra clase en algunas horas, yo a diferentes a las suyas, y luego está que yo no me puedo acercar a alguien tan fácilmente. Supongo que esto en parte me viene bien, acostumbrarme a estar solo, a depender solamente de mí, pero aun tengo miedo de el día que me ocurra algo, y nadie físicamente pueda estar a mi lado. Lo curioso es que también tengo la esperanza de que llegará mi momento, no sé de que será, si de tener amigos, o no sé de verdad que no, pero tengo la certeza, procuraré no desviarme de mi camino. Mientras tanto, divagaré por los pasillos solo, sin destacar demasiado, nunca lo he hecho, no creo que nadie se fija en mí en las sombras. Se que no puedo pedirte nada, no te conozco, pero si ves a alguien así, acércate, puede que le alegres el día con tan solo unas palabras, no lo hagas por mí, hazlo por él/ella. Porque esa persona esconde algo tan maravilloso que nadie lo ve, que te tienes que fijar con lupa, te aseguro que no te arrepentirás, yo lo creo. Yo también intentaré fijarme en las minorías, pero en mi instituto hay grupos por todas partes, si si, se fijan en ti cuando andas solo, solo algunos y lo hacen para mirarte con una cara de como si estuvieses loco. Puede que lo esté.



Recuerda, las personas son más que un hola.

Con cariño, Charlie.